miércoles, 2 de diciembre de 2020

 Nacimiento en Tamaulipas o Natividad en Tamaulipas 1960

 

Federico Cantú, fue uno de los grandes maestros del arte sacro en el siglo XX

Su pasajes bíblicos denotan su fina y dedicada pasión por lo divino y   sin dudad el tema de la Natividad o la Madona y niño se convertirá en una constante.



 La presencia de este magnánimo pasaje, aparece en primeramente en obra al fresco , obras de caballete , dibujo , vitral y grabado. Pero esta obra en especial ,fue trabajada en placa de bronce por Federico ; paralelamente a la obra que aparece en el los vitrales de la Capilla de los Misioneros de Guadalupe, porque como lo muestra la imagen , la disposición es la misma!

Paradójicamente en esta obra, podríamos señalar que a diferencia de otras madonas que desarrollara décadas atrás , Federico incluye en esta versión  la figura de San José,

Creando un puente que nos lleva a recordar la obra de caballete pintada en California en 1929, con el titulo “Descanso en la huida a Egipto”  y si bien su pincel ha pasado por una transición de tres décadas  aun existe ese trazo de reconocimiento a el gran Sandro Botticelli , pero con un toque de intemporalidad, muy socorrido en la obra de Cantú , donde traslada el pasaje a Tamaulipas , tal y como lo hace en el descanso en la huida a Egipto de 1953-62 , donde la Virgen y San José, recorren el desierto, pero en un entorno regiomontano!


 

A la distancia, vemos que Federico compartió el arte sacro en muchas placas de grabado y algunos tirajes ejecutados específicamente con la finalidad de convertirlos en obra por encargo y esta obra no es la excepción, y es que en 1960, Cantú se encontraba trabajando en el primer relieve monumental para la UANL y es ahí donde conoce a Carlos Guajardo , que no solo era un empresario ejemplar , él era todo un ejemplo de filantropía  y al entusiasmare con el trabajo del Mural de Ingeniería , decide aportar todos los medios económicos para la ejecución de los murales de la facultad de Filosofía y letras . Ese mismo año Guajardo le pide a Federico le imprima todo un tiraje en gráfica con la obra que hoy tratamos.




Otro dato curioso es que Guajardo tambien financian un sinnúmero de obras de teatro de Salvador Novo y entrados en el tema del teatro Federico diseña un mural para un auditorio imaginario con figuras de la narrativa historia del Noreste , donde aparece Fray Servando teresa de Mier y el paisaje del Cerro de la silla. La obra mural no se realizo y solo queda el testimonio del anteproyecto.

 

Bo

Otoño del 2020

sábado, 14 de marzo de 2020

El nacimiento de la Virgen o Natividad de María se celebra como una fiesta litúrgica en el santoral católico y en la mayoría de los santorales anglicanos y que se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la solemnidad de su Inmaculada Concepción celebrada el 8 de diciembre.
Esta fiesta, como la de la Asunción de María, tiene su origen en Jerusalén. C
A diferencia de lo que ocurre con el nacimiento de Juan Bautista, el evangelio no dice nada del nacimiento de Nuestra Señora.
En Jerusalén, en la Iglesia de Santa Ana. La primera fuente de la narración del nacimiento de la Virgen es el apócrifo Protoevangelio de Santiago, que coloca el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, en el lugar en que debió existir una basílica en honor a la María Santísima, junto a la piscina probática, según cuentan diversos testimonios entre los años 400 y 600. Después del año 603 el patriarca Sofronio afirma que ése es el lugar donde nació la Virgen. Posteriormente, la arqueología ha confirmado la tradición.

La fiesta de la Natividad de la santísima Virgen surgió en oriente, y con mucha probabilidad en Jerusalén, hacia el s. v. Allí estaba siempre viva la tradición de la casa natalicia de María. La fiesta surgió muy probablemente como dedicación de una iglesia a María, junto a la piscina probática; tradición que se relaciona con el actual santuario de Santa Ana.
¿Por qué el 8 de septiembre?
La fiesta fue fijada el día 8 de septiembre probablemente porque, representando María el papel del comienzo o proemium de la obra de la salvación (cf. la oración de colecta de la misa), era muy oportuno celebrar su nacimiento al principio del año eclesiástico según el Monologium Basilianum. Una narración apócrifa, titulada De ortu Virginis (sobre el nacimiento de la Virgen), ponía la concepción en el seno de santa Ana a primero de mayo, y refería que Nuestra Señora había nacido, a los cuatro meses de gestación.



Existen muchas obras pictóricas dedicadas El nacimiento de María
Esta tradición milenaria convoca a pintores del renacimiento que van desde
El nacimiento de María, obra de Giotto para la capilla de los Scrovegni, h. 1305.
nacimiento de la Virgen es una obra del pintor Bartolomé Esteban Murillo, realizada originalmente en 1660 para la capilla de la Concepción de la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París.

jueves, 14 de abril de 2016





La litografía es un procedimiento de impresión ideado en 1796, hoy casi en desuso, salvo para la obtención y duplicación de obras artísticas. Su creador fue el cajista alemán Aloys Senefelder. Etimológicamente, la palabra «litografía» proviene de los términos griegos lithos, 'piedra', y graphe, 'dibujo



En la técnica litográfica se utiliza la diferente adherencia entre sustancias hidrofílicas e hidrofóbicas. Como el agua rechaza las tintas grasas, no se imprimen las zonas grasas aunque se encuentran en el mismo nivel, por ello las matrices litográficas se llaman también planográficas.
En las técnicas manuales la formación de la matriz consiste en la adhesión de las tintas grasas y resinosas sobre el papel litográfico. Con estas tintas se traza el dibujo que se va a reproducir, el cual queda fijado mediante una solución de ácido nítrico y goma arábiga. La adhesión de la sustancia grasa produce un jabón calcáreo o metálico insoluble que constituye la base de señales de impresión.
Litografía: la matriz en piedra y su impresión simétrica en papel.
Sobre las partes que no se entintan, debido a una preparación especial la cual determina la formación de sales hidrofilas. En definitiva, sobre el plano de la matriz existen dos zonas contrapuestas gráficamente, las que generaran en la litografía el blanco (sales hidrofilas) y las que generaran el negro (tintas grasas y resinosas), que permiten la impresión, previas las operaciones de entintado y humidificación. De los fondos coloreados y conformados de acuerdo con las zonas claras del original hasta el empleo de tintas planas superpuestas, se pasó por las coloraciones por superposición.
Hacia 1835, el impresor francés Godofredo Engelmann llamó «cromolitografía» a la técnica de reproducción litográfica en colores. Se hacen tantos dibujos sobre papel o placa como tintas se consideren necesarias para la reproducción. El registro se obtiene realizando sobre el papel de cada color la correspondiente cruz de registro.



Para este tipo de impresión se utiliza una piedra caliza pulimentada sobre la que se dibuja la imagen a imprimir (de forma invertida) con una materia grasa, bien sea mediante lápiz o pincel. Este proceso se basa en la incompatibilidad de la grasa y el agua. Una vez la piedra humedecida, la tinta de impresión solo queda retenida en las zonas dibujadas previamente.
Para cada color debe usarse una piedra distinta y, evidentemente, el papel tendrá que pasar por la prensa de imprimir tantas veces como tintas se empleen. En los carteles impresos mediante el sistema litográfico, tan frecuentes en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, se utilizaban quince, veinte o más tintas. Entre ellos son de destacar los que anunciaban las corridas de toros, los de las Semana Santa, y los diseñados durante la Guerra Civil española.
En una imagen litográfica las letras no pueden ser retiradas y reutilizadas en otro sitio: son únicas y precisan redibujarse, o copiarse, para cada uso. El litógrafo podía reproducir una imagen «única» dibujada, combinando texto e imagen en complicadas disposiciones formales del color. El proceso cromolitográfico alcanzó su cima durante el siglo XIX. La mejora en los métodos del fotograbado (el grabado de una imagen fotográfica en una plancha metálica recubierta con una capa sensible y «mordida» después con ácido, obteniéndose así una imagen impresora en relieve) amenazó la supervivencia de la litografía, conduciendo a su progresivo declive a partir de la década de 1890.